En la vida, los peligros muchas veces vienen en pequeñas dosis: véanse las erosiones, los hongos, los virus, la acumulación de pequeñas malas prácticas, y cómo no, lo gastos hormiga. Seguramente en algún momento habrás escuchado hablar de ellos, ¿pero sabes realmente qué son y cómo reconocerlos en el día a día?

En Goin, te ayudamos a identificar esta pequeña gran amenaza desvelando los 6 gastos hormiga más comunes y que mayor impacto tienen en tus finanzas domésticas. Además, te damos unos tips para que aprendas a reducir estos gastos en la medida de lo posible o incluso eliminarlos por completo. Toma nota:

¿Qué son los gastos hormiga?

Son esos pequeños gastos y compras innecesarias que llevamos a cabo porque creemos que no supondrán un impacto en nuestra economía, o bien porque ni siquiera somos conscientes de estar llevándolos a cabo. A pesar de tener un nombre inocente, estos retorcidos gastos acaban marcando la diferencia en nuestro bolsillo y pueden llegar a tener un impacto mensual de hasta 150€ que acaban traduciéndose en casi 2000€ anuales. ¡Una auténtica locura!

Por gastos hormiga entendemos ese café diario antes de entrar a trabajar, el paquete de cigarrillos de la semana, los snacks de media tarde, la suscripción que nunca utilizamos… ¿Te identificas en alguno de estos casos? Entonces es momento de pasar a la acción.

gastos hormiga

¿Cómo evitarlos?

Para poder reducir e incluso eliminar este goteo económico, primero debemos conocer qué lo está propiciando:

  1. Identifica tus gastos hormiga. Dicen, que lo que no se mide, no se puede mejorar. Los gastos hormiga no son la excepción, es necesario llevar un control diario o semanal (no más, porque la tarea se complicaría mucho) de todos los gastos hechos durante la semana. A final de mes podrás valorar cuál de ellos son prioritarios, cuáles necesarios y cuáles no te aportan ningún valor.

    Es fundamental que seas preciso/a y constante a la hora de medir tu frecuencia y cantidad de gasto. Cuantos más detalles, mejor. Puedes apoyarte en un Excel para llevar tu registro. 
  2. Redúcelos. Sabemos que hay gastos hormiga que son difíciles de eliminar, pero puedes reducirlos al máximo. Lo importante es tenerlos identificados y trazar un plan de acción para actuar sobre ellos.

    Veamos: ¿tienes contratado Netflix y apenas lo utilizas? Elimínalo; siempre estás a tiempo de volver. Si de lo contrario quieres seguir usando este servicio, simplemente revisa que la tarifa contratada sea la que necesitas. Revisa si hay otros paquetes más económicos que también se ajusten a tus hábitos de consumo. ¿Se te ha ocurrido compartir la tarifa con un familiar o amigo? Apóyate de otras personas que están en una situación similar a la tuya.
  3. Elimínalos. Si la suma de tus gastos hormiga es grande y no saber por dónde empezar a eliminar, apóyate de argumentos adicionales al impacto económico. Querer mejorar tu salud y estilo de vida puede ser un buen punto de inicio. Por ejemplo, si tu talón de Aquiles es comprar dulces a diario, haz un paso hacia la vida saludable y elimínalos de raíz. ¿Fumas? Plantéate dejar este mal hábito; lo notarás en tu salud y en tu bolsillo.

6 gastos hormiga que deberías eliminar hoy mismo

1. Desplazamientos y transporte

A menos que vivas totalmente aislado de la civilización, es probable que en la ciudad o pueblo donde vives haya distintas alternativas para desplazarte. ¿Vas a trabajar en coche o moto? ¿Cuánto gastas todas las semanas en gasolina? Investiga el transporte público de la zona y valora si te compensa por tiempo, dinero y distancia. Si esta alternativa no es viable en tu caso, revisa el estado de tu vehículo. Un coche antiguo acaba saliendo mucho más caro a final de año que otro nuevo. Sopesa si te saldría a cuenta renovarlo.

Si eres de los que ya usas transporte público, plantéate hacer una pequeña inversión en un patinete o una bici eléctrica. Las grandes ciudades cada vez están más acondicionadas para estos medios de transporte, de forma que puedes plantarte en cualquier punto de la urbe en escasos minutos. Por 250€ puedes hacerte con una buena bici o patinete y olvidarte para siempre de los abonos de transporte.

2. Comer fuera de casa

A todos nos gusta pegarnos un homenaje de vez en cuando, y hacemos bien en permitírnoslo. El problema viene cuando normalizamos esas salidas y las incluimos dentro del día a día. De media, comer fuera de la oficina supone un gasto mensual de unos 200€ respecto a los 50€ del tupper traído de casa. Y este cambio de hábito no solo presenta una ventajas económicas, sino también saludables. Márcate un menú semanal para controlar mejor lo que comes. Ahorrarás, y además te sentirás menos pesado y más productivo en las últimas horas de trabajo.

Si no quieres renunciar por completo a este placer, asigna un día de la semana para salir a comer con tus compañeros. Si no eliminas por completo este gasto, empieza por reducirlo.

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3. Suscripciones olvidadas

¿Cuántas veces al año utilizas Amazon Prime? ¿Ves tantas serie en Netflix como al principio? ¿Cuántos días al mes te has pasado por el gimnasio? Que haya actividades o servicios que disfrutes de vez en cuando no quiere decir que debas pagarlos todos los meses. Haz una lista completa de esas suscripciones que llevas años pagando de forma automática y pregúntate si todavía merece la pena el gasto.

Si consideras que deseas mantenerlas, estudia si puedes reducir las tarifas, compartirlas con otras personas o incluso darte de baja y alquilar puntualmente la película que quieras ver, o pagar por una clase puntual del gimnasio. Compara, sopesa, y no te acomodes. Te aconsejamos que hagas este ejercicio al menos dos veces al año.

4. Antojos y compras compulsivas

Este es el gasto hormiga por excelencia. Los precios reducidos pretenden llamar tu atención y crear una falsa necesidad de consumo. Cuando te encuentres ante esta situación, plantéate cuántas veces vas a utilizar el producto. Por muy barato que sea, te saldrá caro ni no le vas a dar uso o si tienes otros que pueden sustituir su misma función.

Por otro lado, ¿alguna vez has comido sin hambre o te has sentido mal por comprar un alimento que no te aportaba nada? Los antojos son traicioneros y suelen generar una sensación de felicidad muy momentánea.

5. Suministros y contrataciones

Gasto fijo es sinónimo de periodicidad, no de cantidad. Que tu hipoteca cueste 500€ todos los meses es inevitable, pero tu tarifa de Internet o la factura del agua y del gas son ajustables. Si contrataste los suministros de tu hogar hace años y nunca los has revisado, va siendo hora de echar un vistazo. Comprueba si estás contratando la potencial que necesitas, si te sobran un montón de megas cada mes o si puedes permitirte bajar el seguro del coche a terceros.

La comodidad del día a día hace que nos de pereza comparar tarifas, ofertas y cambiar de compañía. Eso es exactamente lo que quieren las compañías; no les des el gusto de quedarse con tu dinero.

6. Productos de marca

Marca blanca no siempre significa peor calidad. Para darnos cuenta del buen rendimiento de algunas empresas de marca blanca solo hay que echar un vistazo al caso de LIDL, Aldi, Mercadona, o incluso IKEA en el sector del hogar y la decoración. Conserva aquellas compras de primeras marcas que te aporten mayor valor y descarta las que compres solo por la etiqueta. Si miras los ingredientes y la aportación nutritiva, verás que en la mayoría de casos no hay tanta diferencia. Puede, incluso, que te lleves alguna sorpresa.

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Para combatir los gastos hormiga y asegurarnos de proteger nuestro presupuesto mensual, no se nos ocurre nada mejor que hacerlo a través de Goin. Descarga la app y márcate objetivos de ahorro específicos para centrarte en lo que realmente importa. Huye de los gastos hormiga y descubre cómo poco a poco mejora tu situación financiera.